La cancelación del show de Milo J en la ex Esma por la Secretaría de Derechos Humanos desató una ola de repercusiones tanto en el ámbito del arte como de la política. Quien salió primero contra el Gobierno libertario fue la agrupación H.I.J.O.S, que denunció "censura".
El cantante de música urbana tenía previsto hacer una preescucha de su nuevo álbum, 166, en el centro de memoria, pero la cartera que conduce Alberto Baños anunció la baja por orden judicial. Inmediatamente, el cantante y su familia apuntaron contra Javier Milei.
En ese marco, desde H.I.J.O.S, tras dar una conferencia de prensa, lanzaron un comunicado. Bajo el título “El gobierno de Milei censura el recital de Milo J en la ex Esma”, explicaron que “es la primera vez en más de 20 años desde la apertura del Espacio Memoria que ocurre un hecho así”.
“Esto no es ni más ni menos que censura previa”, lanzaron, el tiempo que detallaron que Baños hizo un pedido de cautelar para suspender el show, que fue concedida por la jueza María Alejandra Biotti.
En ese marco, denunciaron en nombre de los organismos de derechos humanos “que el gobierno de Milei censuró a un artista comprometido con la Memoria, la Verdad y la Justicia, y dejó sin su música a 20 mil jóvenes que se anotaron para concurrir”.
Por último, desde H.I.J.O.S fueron contundentes: “Como dijo el propio Milo J: ‘Supongo que juntar a 20.000 personas en un espacio de memoria a este gobierno no le gusta’.
También salió a cruzar al Gobierno nacional el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. En su cuenta de X, denunció que "pasó algo muy grave", y repudió el envío de “fuerzas policiales y camiones hidrantes para dispersar y atemorizar a pibes y pibas que sólo querían disfrutar de la música que les gusta".
"Me solidarizo con Milo J y repudio a un Gobierno que, en nombre de la libertad, no para de agredir a la gente y de prohibir, por sus anteojeras ideológicas, precisamente, la libertad de expresión", sentenció el gobernador.