En medio de los conflictos de cara a las elecciones internas del Partido Justicialista, el diputado nacional Máximo Kirchner rompió el silencio sobre la disputa bonaerense entre el kicillofismo y La Cámpora. Pese a los cantos de su último acto, negó un intento de “limar” al gobernador.
Tras una semana donde el cristinismo cruzó a Axel Kicillof por no pronunciarse a favor de Cristina Fernández de Kichner, el hijo de la exvicepresidenta se desmarcó de la pelea y aseguró que se reunió con dirigentes cercanos al gobernador y que quedaron en que los llamaría, pero no ocurrió.
Sin embargo, envió un dardo directo a la Provincia al indicar con ironía que deberían tener un “sindicato de dirigentes políticos” por tantas quejas y afirmó que desde la Gobernación bonaerense buscan votos para el Ricardo Quintela en la interna del PJ.
Leña al fuego
En un forzado intento por negar una mala relación entre los suyos y Kicillof, remarcó la colaboración del camporismo en el Gabinete y la Legislatura bonaerense. “Se generan situaciones y contextos que tienen que ver más con mezquindades políticas que con realidades”, afirmó.
“Nunca me sorprende el debate y la discusión política, me sorprende que digan que se lo está limando”, insistió Kirchner y cuestionó un “método político del off the récord” que utiliza el kicillofismo, aunque no nombró al espacio, para operar a través de los medios
En ese marco, recordó el encuentro que tuvo el Kicillof, acompañado por Carlos Bianco, Agustina Vila y Andrés Larroque, con los camporistas Wado de Pedro, Mariano Recalde y Lucía Cámpora. “Terminó la charla y el gobernador dijo: ‘Apenas vuelvo de Italia los llamo’. Y no llamó”, contó.
“Entiendo que también tiene sus tareas, tiene una responsabilidad enorme”, acotó a modo de chicana sobre esta falta de comunicación, y aseveró: “Si no llamó, está todo bien”.