El operativo clamor para que Cristina Fernández presida el Partido Justicialista nacional movió un engranaje clave. Como si fuera orquestado, Máximo Kirchner activó en tiempo récord el partido en la provincia de Buenos Aires, con un acto en Monte Hermoso.
El encuentro, que reunirá al menos 50 dirigentes de la provincia, cae tras semanas agitadas por el acto en Atenas, las reapariciones de CFK y el plato fuerte de la disputa por el PJ nacional, que vuelve a sacar a la luz la grieta que divide al peronismo entre kirchneristas y otros espacios.
Modo reactivación
Como un rayo, Máximo puso en marcha junto al presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Alejandro Dichiara, la cumbre que iniciará con dos charlas de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner.
La primera, titulada “Buenos Aires, motor del desarrollo agroindustrial”, estará a cargo del extitular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; la segunda, bajo el lema “Sector energético en Argentina. Desarrollo, subsidios y tarifas”, a cargo de Federico Basualdo.
La rosca fuerte llegará el sábado, con una reunión entre el presidente del PJ bonaerense y los titulares partidarios de los 50 distritos del interior que tendrá lugar a las 10 de la mañana, para luego compartir un almuerzo.
Mientras el gobernador Axel Kicillof volvía de México por actos diplomáticos, el peronismo se revolucionó con la aparición de CFK en La Matanza y el posterior pedido para que se ponga al frente del PJ.
El sacudón del tablero abre una incógnita sobre cómo se posicionará el Gobierno bonaerense que, pese a que no confronta con la expresidenta, mantiene una tensa relación con el camporismo, que le dedicó una canción especialmente a Kicillof en el acto de Atenas.