Mientras el peronismo se prepara para atravesar un largo desierto de cuatro años en la oposición y sin un liderazgo natural, el grupo que representa las bases del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, ya eligió el rival interno para la reconstrucción del movimiento nacional.
El que lanzó la primera granada fue uno de los popes de la Mesa de Ensenada, que no es ni más ni menos que Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda y uno de los principales accionistas en el Instituto Patria.
“Axel resistió el embate de algunos que pretendían que no sea nuestro candidato a gobernador. Algunos decían que no tenía que ser candidato y ganó la elección de manera contundente. En el 2025 se empieza a construir el triunfo del 2027 y necesitamos acompañar a Kicillof. Tenemos la necesidad de tener un gobierno que gestione como Néstor y Cristina. Vamos a recuperar una página que daremos vuelta”, le dijo Ferraresi al Pollideportivo Gatica mientras tomaba nuevamente las funciones como alcalde de la histórica localidad del sur del conurbano.
Esas palabras no estaban dirigidas a los presentes, sino que fue un misil teleridigido hacia Máximo Kirchner y su séquito camporista, quienes fueron los principales luchadores para sacar a Kicillof de la disputa por la reelección.
“Perdimos la capacidad de debatir por la imposición de ideas”, retomó Ferraresi, en modo autcrítica, pero también ante lo vivido en los últimos años por el peronismo kirchnerista.
La próxima pelea que se dará en territorio peronista es la conducción del PJ y en la Provincia, la Mesa Ensenada quiere imponer uno de los propios para retomar la leturgia peronista del partido pensando en 2027.